Por @el_paria para @PuraBazofia
El
movimiento
social
en
Aysén
ha
dejado
patente
el
abandono
y
la
falta
de
compromiso
estatal
en
las
soluciones
de
problemas
estructurales
en
las
regiones
fuera
del
Gran
Santiago.
Aysén
es
solo
una
muestra
de
lo
ya
esbozado
en
Calama
o
en
Punta
Arenas
el
año
2011. A mi juicio, tenemos
dos
patrones
comunes
en
todos
estos
estallidos
sociales,
por
un lado,
una
propuesta
demandada
desde
la
propia
Sociedad
Civil
local
comprometida
con
el
desarrollo de
espacios
comunes
y
locales,
tanto
de
participación
como
de
gestión,
y
por
otro
lado,
“una
contrapropuesta”
del
Estado
en
base
a
la
estigmatización
(apelar
al
elemento
externo
y
extremista
tan
típico
hoy
en
día)
y
el
propiciar
el
desgaste
de
los
movimientos
sociales
por
las
semanas
de
movilización
(véase
el
comportamiento
frente
al
movimiento
estudiantil,
a
la
crisis
del
gas
en
punta
arenas
etc).
En
el
fondo
tenemos
por
contrapartida
un
movimiento
social
con
fuerte
participación
(en
la
calle
y
en
la
opinión)
y
demandante
de
mayores
opciones
para
su
desarrollo
(la
regionalización
pues),
y
un
estado
impávido,
intransigente,
reactivo
que
solo
busca
el
desgaste
del
movimiento
mas
no
generar
espacios
de
proposición
real
(algunos
dirán
que
el
problema
es
el
Estado
mismo)
Si
observamos los tres casos notamos con claridad puntos comunes en las
demandas, en lo personal me referiré a tres, Una primera es mayor
cantidad de recursos para la zona, una segunda es mejoras en el
acceso a educación y bajas en impuestos (bencina, costo de la vida)
y la tercera se vincula con asegurar que los recursos producidos en
la zona se queden en ella y no se “distribuyan” en la gran
capital.
Por
otro lado en caso de Aysén y Punta Arenas, en especifico, trae
aparejado el factor cultural que tiene que ver con una identidad
territorial, una generación de un nosotros en base al territorio
vivido que da contenido aun mas profundo a la demanda social.
En
el
fondo
los
estallidos
sociales
en
las
regiones
tienen
un
piso
problemático
común,
El
problema
de
la
“No
Regionalización”.
Para
que
estamos
con
cuentos,
la
gran
regionalización
propiciada
por
Pinochet
en
los
setenta
y
mantenida,
casi
por
idiotez,
por
la
Concertación
en
los
noventa
no
es
más
que
la
mera
distribución
territorial
militar
que
no
responde
ni
a
los
intereses,
ni
a
los
patrones
sociales
y
culturales
de
las
regiones.
Esta
“No
regionalización”
propició
el
efecto
contrario
de
asegurar
en
la
Región
Metropolitana
los
recursos
y
concentrar
en
ella
todos
los
puntos
que
pueden
generar
espacios
de
desarrollo
local.
En
efecto
la
regionalización
armo
en
Santiago
su
sede
central
y
dejo
a
las
regiones
solo
como
espacios
para
la
producción
de
materia
prima
y
el
capital
humano
latente
que
emigra
hacia
la
gran
capital.
El
abandono
hacia
las
regiones,
que
en
regiones
extremas
es
dramático,
dejo
elementos
latentes
que
no
fueron
tomados
en
cuenta
en
el
proceso
de
regionalización
que
hoy
están
emergiendo.
Esta
noción
de
centralización
de
la
toma
decisión,
emanada
de
la
regionalización
viene
muy
de
la
mano
con
el
sistema
económico
chileno
que
propicia
la
producción
y
exportación
de
materia
prima,
pero
concentrando
la
toma
de
decisiones
en
pocas
manos
(en
este
caso
en
las
autoridades
en
la
Región
Metropolitana)
La
vía
de
salida
creo
que
va
con
una
jugada
hacia
la
generación
de
una
regionalización
que
no
surja
desde
el
Estado,
sino
mas
bien,
desde
la
propia
comunidad,
que
tome
no
solo
la
base
geográfica
sino
la
base
cultural
y
social
que
el
proyecto
de
regionalización
anterior
no
tomo,
unido
a
la
apertura
hacia
procesos
de
participación
local.
Algunos
me
dirán
que
utópica
tu
salida,
yo
les
diría
que
prendan
la
radio
y
lean
la
prensa
alternativa
y
vean
el
proceso
en
Aysén
y
ahí
mismo.
Eso
es
regionalización
y
demanda
en
la
calle
y
no
en
la
mera
escritura
linda
(autogol).
Les dejo los siguientes links para que le hechen un vistazo:
Enlace 1
Enlace 2
Les dejo los siguientes links para que le hechen un vistazo:
Enlace 1
Enlace 2