En
los
últimos
diez
años
ha
cobrado
con
fuerza
en
Ñuble
la
idea
de
hacerse
Región
autónoma
de
Biobío,
la
idea
prendió
en
miembros
de
distinta
índole,
desde
la
Sociedad
Civil
hasta
Alcaldías;
el
motor
de
todo
esto
se encuentra anclado
en
tres
ideas
fuerza:
a)
La
divergencia
cultural
y
social
con
Concepción
que
hace
urgente
la
creación
de
una
región
que
toma
como
propia
el
factor
cultural
y
social
inherente,
b)
La
extensión
del
territorio
y
la
gran
cantidad
de
comunas
existentes
(23
para
ser
mas
exacto)
que
exigen
toma
de
decisión
mas
cercana
y
desburocratizada
y
c)
Como
consecuencia
de
las
otras
dos
es
la
discrepancia
en
torno
a
la
centralización
en
la
toma
de
decisiones
desde
Concepción
y
la
falta
de
recursos
públicos
hacia
la
provincia.
Estas
tres
urgencias
armaron
una
demanda
común,
hacer
de
Ñuble
una
nueva
región
con
sede
en
Chillan,
haciendo
mas
fácil
la
asignación
hacia
las
distintas
comunas
colindantes.
Esto
es
en
el
papel,
lo
valorable
de
la
opción
es
la
aventura
a
crear
un
nuevo
polo
regional
con
características
propias
(Cultural
y
Social)
con
un
centro
geográfico
mas
cercano
a
los
focos
productivos
de
la
zona
(agricultura,
especialmente
que
converge
en
Chillan).
Según
lo
anteriormente
planteado
todo
pareciera
muy
claro,
no
obstante
el
punto
a
desmitificar
aquí
es
que
cuanto
de
descentralizado
y
regionalizado
pretende
ser
Ñuble
como
región.
Debemos entonces analizar que
proceso
de
regionalización
se
pretende
propiciar,
o
sea,
cuál
va
ser
la
construcción
de
región.
Si
bien
la
provincia
existen
elementos
culturales
comunes
que
producen
imaginarios
colectivos
como
por
ejemplo
la
labor
agrícola,
el
factor
campesino,
la
convergencia
en
el
mercado
de
Chillan,
los
lazos
comunes
entre
las
comunas
(eje
San
Carlos/Chillan
o
el
Yumbel/Cabrero),
existen
otros,
y
que
son
los
fundamentales,
poco
desarrollados
como
son
los
estamentos
de
participación
y
la
toma
de
decisión
local.
El
Caciquismo,
el
monopolio
de
sectores
en
la
toma
de
decisión;
compadrazgos
en
las
designaciones
de
cargos
públicos;
tradición
heredada
desde
los
modelos
excluyentes
de
generar
“democracia”
portalianos
mantenidos
en
nuestro
campo
hasta
bien
entrado
el
S
XX.
son
rasgos
que
en
las
comunas
de
Ñuble
aun
persisten.
Son
precisamente
estas
practicas
las
que
la
transformación en Región
debe
subvertir,
no
basta
con
un
traspaso
de
plata
desde
Concepción
a
Chillan
para
asegurar
región.
Sino
que
pasa
por
generar
espacios
para
producir
región,
los
cabildos
y
plebiscitos
comunales
son
un
primer
paso
hacia
formas
de
participación
y
generación
de
Región.
Es
quizás
ese
el
gran
mito
frente
a
Ñuble
Región,
el
mito
de
creer
que con
un
cambio
de
capital
y
traspaso
de
dinero
y
poder
desde
Estado
se
van
a
solucionar
los
problemas
provinciales.
Algunos
dirán
que
la
conformación
de
todas
las
regiones
lo
tienen,
o
sea,
el
mito
de
la
regionalización
en
base
a
traspaso
de
platas
y
poder,
pero
creo
que
si
se quieren
propiciar
nuevas
regiones
deben
partir
por
premisas
nuevas
a
las
militarizadas
usadas
en
el
proceso
de
regionalización
chileno.
Si
se
quiere
propiciar
Ñuble
Región
debemos
partir
por
analizar
que
queremos
como
Región
y
bajo
que
medios
lo
vamos
a
hacer
(Que
sentidos
comunes
hay
y
que
medios
existen).
Si
vamos
a
ser
una
región
bajo
lógicas
actuales,
o
sea,
centralizar
la
toma
de
decisión
desde
Chillan
es
preferible
continuar
perteneciendo
a
Biobio.
En
palabras
simples
Ñuble
región
en
base
a
realidades
y
no
mitos.
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