domingo, 1 de julio de 2012

Contaminación electromagnética y zonas saturadas de antenas de telefonía móvil: caso del Cerro la Pólvora


Cerro a la izquierda #P4 
(viernes 22 de junio del 2012)

(by Gama @gamasilvac )

En este programa de Cerro a la Izquierda abordamos la problemática de las antenas de telefonía móvil y la contaminación electromagnética en el sector de Cerro la Pólvora. En esta ocasión contamos con la participación del Sr. Gerardo Ravanal y el Sr. Roberto Konyg, presidente y vicepresidente, respectivamente, de la Junta de Vecinos de población Vista Hermosa, ubicado a los pies del Cerro la Pólvora.

Comenzamos la conversación remontándonos al pasado del territorio, en una época en donde no estaban instaladas las antenas, a la época en la que se instalo la población en su actual emplazamiento, en los años 50 y 60, cuando los grandes fundos que rodeaban Concepción empezaban a ser ocupados o divididos en parcelas  y vendidos. De esta forma los vecinos de Cerro la Pólvora lograron establecer sus hogares en estos territorios, urbanizando de forma comunitaria el naciente barrio, gestionando ellos mismos la electricidad del lugar, donando algunos trozos de terrenos para ser convertidos en calles y veredas, además de construirlas y financiarlas ellos mismos.

En el actual paño de terreno en donde se emplazan las antenas de telefonía existía una enorme arboleda con eucaliptos y araucarias que era usada como sitio de recreación por los pobladores, en donde el antiguo dueño contribuía en las celebraciones de fechas importantes. Se empezaron a instalar antenas de radio en la década de 1960, en la parte alta del cerro, cuestión que no impedía el uso del lugar en donde están emplazadas e incluso integrándolas a la celebración, llegando a colocar  banderas en Fiestas Patrias.


Los problemas empezaron con la instalación de antenas de telefonía celular a principios de los años 90, posterior a la venta del paño de terreno en donde estaban las antenas de radio. Para su instalación fue necesario la deforestación de importantes de sectores de los antaño frondosos bosques que habían, esto sin duda ha repercutido de forma negativa en la estabilidad geológica del Cerro La Pólvora, aumentando de forma evidente los riesgos de erosión y derrumbe de sectores del cerro, riesgos que se han materializado y que ya han cobrado la vida de 6 pobladores en diversos inviernos en épocas recientes. El pasó de los camiones cargados de materiales para la construcción de antenas término por destruir partes del pavimento de las calles y veredas que los mismos pobladores construyeron hace unas décadas. En el proceso de construcción de las antenas los mismos pobladores pudieron apreciar las pésimas condiciones de seguridad en la que los obreros construyeron las antenas.

La instalación de antenas contaron con la articulación de respuestas y reivindicaciones por parte de los pobladores, juntas de vecinos y algunas autoridades locales, manifestándose en las calles que ellos mismos construyeron en décadas anteriores, reivindicando las normativas existentes que impedían la circulación de camiones en sus pasajes. La respuesta de las empresas no se hizo esperar, levantando demandas en contra de las autoridades que se resistían y escudándose e detrás de carabineros cuando no dejaban pasar sus camiones.
Finalmente, la represión de carabineros y la connivencia de las autoridades municipales y estatales termino por desmotivar la participación de importantes sectores de la población, aunque se trato de una derrota los pobladores supieron también ir adaptando sus estrategias de lucha en los escenarios que se planteaban, actuando esta vez a través de recursos de protección presentados ante la justicia y a través del cabildeo efectuado antes diversos parlamentarios para intentar comprometer sus apoyo antes una legislación que contuviera los avances del las antenas en nuestros territorios.

Actualmente nos encontramos en la coyuntura de la promulgación de una nueva ley que en cierto modo restringe la instalación de antenas en diversas zonas del país además que velar por la no saturación de antenas en los territorios, debidos a los nocivos efectos que la contaminación  electromagnética provoca sobre las personas. Estos efectos están ampliamente documentados y entre ellos se cuentan efectos térmicos sobre los organismos que habitan cerca es decir el calentamiento progresivo de partes del cuerpo que posean agua en mayor cantidad, tales como ojos y masa encefálica. Entre sus otros efectos están la mayor ocurrencia de cefaleas, insomnio y trastornos del sueño, mareos y nauseas, además de promover mutaciones en mujeres embarazadas. Sus efectos sobre el precio de las propiedades adyacentes tienden a presionar los precios de las viviendas a la baja y no solo esto, tiende degradar barrios enteros. El lugar en donde ahora se instalaron las antenas ahora es un foco de drogadicción y delincuencia que enturbia las relaciones vecinales en la comunidad del Cerro la Pólvora.

Si bien la ley se establece como retroactiva, es decir  afectando a los sitios donde ya estaban instaladas las antenas, la Asociación de Municipios de Chile ha reclamado por la escasa participación que ellos han tenido en la elaboración de esta ley y acusan que la nueva normativa favorece a las empresas a la vez que resta atribuciones a los municipios. Si esto no deja de ser cierto, en varios aspectos la nueva normativa es bastante progresista al centralizar en una sola autoridad la responsabilidad de fiscalizar la instalación y funcionamiento de las antenas, considerando que antes la responsabilidad de fiscalizar estaba repartida en varias autoridades entre ellos  el ministerio de Obras Publicas, el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones y la Dirección de Aeronáutica Civil.

Su punto mas bajo es el plazo que las comunidades, organizaciones de base o Juntas de Vecinos, poseen para apelar ante la autoridad que solo asciende 10 días lo que sin duda es insuficiente considerando la cantidad de documentación altamente especializada y técnica que deben presentar para una reclamación de este tipo lo que evidentemente escapa muchas veces de las capacidades y conocimientos de organizaciones de pobladores. 

Creemos que esta nueva ley es un avance, no como se esperaba, pero entre lo que había y que será ahora, notamos un cambio positivo. Pero mas que sentarnos y cruzarnos de brazos, el camino que ahora nos espera estará lleno de alegrías y fracasos, de los que debemos recuperarnos y seguir luchando por eliminar cualquier rastro de estos mástiles que ensucian nuestro barrios y afectan nuestra salud.

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