sábado, 1 de octubre de 2011

Razones para estudiar la comida


Sin lugar a dudas la comida ocupa unos de las primeras posiciones en orden a satisfacer necesidades básico-biológicas, quizás solo superada por necesidades como tomar agua.

Es una necesidad vital que excede a cualquier otra aspiración humana, como lo puede ser la procreación, el prestigio, la consecución de poder u otras similares. Ante esta constatación cabe hacernos una legítima pregunta

¿Por qué las ciencias sociales han prestado tan poca atención acerca de las cosas que echamos en nuestros estómagos?

Intuitivamente podríamos responder que, ya existe una disciplina encargada de tal campo de estudio, la nutrición, y que la sociología y demás ciencias sociales debieran ocuparse de otros tipos de fenómenos. Claramente esta afirmación es cliente de la mezquina división del saber que dieron lugar a las modernas disciplinas científicas, que hoy, son impartidas en universidades y estudiadas con mediano gusto por los alumnos. Una división en campos de saber funcional al auge y hegemonía de los estados modernos y el capitalismo.

En particular, la sociología  siguiendo el argumento de Wallerstein (1991), ya estaba afecta a un campo en específico, las sociedades occidentales.  

¿Podríamos imaginar a los primeros sociólogos que sin mucho dinero que prodigar y con sus necesidades alimentarias cubiertas pensando sobre el hambre mundial?

El hecho que no le hayan prestado atención a la comida demuestra que, definitivamente, no pasaban hambre. Podríamos señalar que las sociedades de los primeros sociólogos, no se caracterizaban precisamente por la opulencia de la comida del pueblo, de hecho muchos años después de la II Guerra Mundial el hambre fue extirpada de occidente.

Entonces ¿Por qué obviar asuntos tan importantes en la vida en sociedad? Sin dudas el hambre es quizás una de las más terribles sensaciones que una persona puede experimentar, y creo que ahí radica el potencial tremendamente subversor para la cultura occidental, la experiencia del hambre. Esta situación que tanta vergüenza causa hacia el proyecto Moderno Occidental debe ser extirpada y borrada de la memoria histórica.

El hambre es una sensación que recuerda al hombre  occidental moderno, la fragilidad de las entelequias que construye para desligarse de su medio ambiente. De ahí que hayan muy pocas investigaciones con respecto del hambre en el primer mundo, no es que no exista, simplemente no se investiga. Para occidente, la única forma de conceptualizarlo se despliega a través de su representación  del cuerpo tercermundista.


Es tal la importancia de la comida en la construcción de las nacionalidades que se recurre a las “comidas típicas” como expresión de pertenencia. A través del estudio de los sistemas agroalimentarios podemos dar cuenta de la estructura de clases, genero, etnia, etaria (edad). El hombre en su calidad de animal omnívoro, al igual que los cerdos, esta capacitado para consumir  una amplia variedad de “cosas”, animal, vegetal, mineral, etc. El ser humano consume absolutamente cualquier cosa que no sea inmediatamente tóxica y sentir placer por aquello. Es ampliamente aceptado el consumo de ajíes y alimentos picantes, que irritan las mucosas digestivas, bebidas alcohólicas de mal sabor (la cerveza es amarga y a nadie parece molestarle).

La particularidad de la alimentación humana, es que nunca esta sujeta estrictamente a los requerimientos fisiológicos del organismo, es decir, nunca se come lo que se debe. Es en este rasgo cultural donde se expresa con toda amplitud las cualidades adaptativas de la cultura. Las mal adaptantes; sociedades enteras se han extinto por llevar una dieta inadecuada, ¿escenario conocido?

El abordaje que las ciencias sociales han hecho de la alimentación y la comida data de las investigaciones de antropólogos con el fin de dar curso a intervenciones alimentarias que fueron hechas tiempos del África colonial británica, precisamente en lo que hoy conocemos como Zimbabwe. Alrededor del año 1930, con el propósito de reemplazar los cultivos nativos de los pueblos indígenas por cultivos comerciales aptos para ser tranzados en el mercado mundial. El abordaje que hizo la antropología en este sentido fue dado por la necesidad de conocer detalladamente la mayor parte de los aspectos de la vida de los pueblos que habitaban los vastos imperios coloniales de aquellas épocas. Con la caída de estos imperios esta misión fue asumida por organismos internacionales tales como ONU y similares, con el foco de atención puesto en el reemplazo de cultivos para su comercialización.

Por lo pronto hablaremos de una disciplina diversa en origen y prácticas, tanto desde dentro como de fuera de las ciencias sociales, cuyos autores toman la temática frontal o tangencialmente y en cuyas corrientes se encuentras estructuralistas, materialistas culturales, desarrollistas, etnometodólogos a través del estudio de las pautas de comensalidad.

Para cerrar este espacio, quisiera invitarlos  a leer los siguientes papers que son excelentes reseñas de la antropología y sociología de la comida.



Vía Gamaliel Silva.  @gamalielsilvac 

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